
Una cocina en tonos grises que no pasa desapercibida.
Optamos por una paleta en plomo para transmitir modernidad y sobriedad, pero le dimos un giro cálido con la iluminación adecuada.
Las luces cálidas envuelven el espacio, creando un ambiente acogedor, elegante y perfectamente equilibrado.
Porque lo neutro también puede tener carácter y calidez.





